Este dulce de calabaza es suave y esponjoso, perfecto para sorprender en una merienda o desayuno en compañía.
Staff de Recetas con Gusto
Para comenzar pondremos un par de cucharadas de agua en un vaso y disolveremos en ella la levadura fresca removiendo con una cucharita.
Preparamos los ingredientes secos en un bol grande, estos son la harina, el azúcar y la sal. Formaremos un volcán con estos ingredientes mezclados y en el centro pondremos el puré de calabaza.
El puré de calabaza lo habremos preparado antes simplemente hirviendo calabaza en trozos en suficiente agua y pasándolo con el pasapurés o la batidora.
Comenzamos a mezclar los ingredientes en el bol y le añadimos el agua con la levadura.
Seguiremos formando la masa removiendo con una cuchara de madera e iremos incorporando agua a la masa poco a poco. El agua, si está templada, mejor.
Deberemos encontrar la textura exacta para que nos salgan bien los buñuelos. Tendrá que ser una masa blanda pero manejable con las manos. Taparemos la masa con papel film y la dejaremos reposar a temperatura ambiente durante 45 minutos.
Transcurrido ese tiempo, preparamos una sartén profunda con abundante aceite de oliva, y lo ponemos a calentar a fuego alto.
Ahora cogeremos una bola de masa e intentaremos hacerle un agujero en el centro para que tome forma de rosquilla. Si no somos capaces lo dejaremos con forma de bolita, es igual.
Dejamos caer la masa formada en la sartén y veremos como rápidamente se hincha. Con una espumadera evitaremos que se pegue y le daremos la vuelta con cuidado para que se dore bien por los dos lados. Repetimos el proceso tantas veces como buñuelos queramos, podemos freír varios a la vez. Al retirarlos los colocaremos en una fuente con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.