Los macarrones podemos hacerlos con la salsa que queramos, en este caso elaboraremos una salsa de tomate con cebolla. Para ello, pelamos y picamos dos cebollas. En una sartén, vertemos un chorrito de aceite de oliva y cuando esté caliente, echamos la cebolla picada y dos dientes de ajo bien picados. Lo mantenemos a fuego medio, y vemos cómo se va dorando. Una vez está la cebolla transparente, añadimos el tomate frito, un poco de orégano, removemos y lo calentamos. Una vez la salsa está caliente, la retiramos del fuego.En una cacerola, vertemos agua y la ponemos a hervir a fuego alto. Echamos una hoja de laurel y 3 cucharadas de aceite de oliva. Una vez el agua empieza a hervir, echamos un poco de sal y los 250 g de macarrones. Removemos el agua y los macarrones y cuando vuelve a hervir, bajamos un poco el fuego. Removemos de vez en cuando. Pasados 10-15 minutos, vemos cómo los macarrones están blandos. Es momento de sacarlos de la cacerola y escurrirlos.Ponemos los macarrones bien escurridos en una ensaladera o recipiente y echamos la salsa de tomate y cebolla, y espolvoreamos el queso rayado por encima.Los macarrones podemos gratinarlos en el horno si deseamos para que el queso se funda. Para ello, ponemos el horno a temperatura media, introducimos el recipiente y cuando el queso empiece a deshacerse y los macarrones están dorados, los sacamos del horno.También podemos acompañarlos con carne picada, atún, salchichas, chorizo como prefiramos, ya que la salsa es adecuada para todo tipo de ingredientes.